Más allá de la imagen corporal

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imagen corporal

El ideal de cuerpo perfecto no ha sido siempre el mismo, ha ido cambiando a lo largo de los años hasta llegar a nuestros días en los que se establece que un cuerpo bonito es delgado, con curvas en el caso de las mujeres y grande y musculado en el caso de los hombres.

La sociedad ha dotado al aspecto corporal de un papel muy importante, llegando incluso a asociarse una buena imagen corporal con el éxito.

Estos ideales presentan un problema para la mayor parte de la población ya que supone plantearse unos objetivos que resultan difíciles de lograr o inalcanzables. El no poder conseguir esos objetivos provoca una frustración en aquellos que pretenden llegar a ellos y no lo consiguen. Estadísticamente se da una mayor insatisfacción corporal en las mujeres que en los hombres. Los datos muestran que las adolescentes son más vulnerables, pero la cifra de hombres se va incrementando con los años.

En la formación de la imagen corporal entran en juego factores socioculturales y factores personales.

Los factores socioculturales son los llamados estereotipos, y en mayoría suelen ser de género y ejercen en las personas una presión para alcanzar ese ideal de belleza impuesto. Calado (2001) apunta que en quienes no se alcanza este ideal se producen sentimientos de culpa. En distintas investigaciones encontramos que los trastornos de la conducta alimentaria se unen a otros cuadros clínicos como puede ser la depresión, la ansiedad, trastornos de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo o abuso de sustancias.

La imagen corporal se relaciona con aspectos del desarrollo humano como la autoestima y el autoconcepto, la sexualidad, las relaciones familiares o la identidad, según María Calado, por lo que es importante una adecuada salud mental. Esto explica que una mala imagen corporal conlleve una baja autoestima, sentimientos de culpa con las comparaciones o ponerse a uno mismo como peor a otros, ansiedad social anticipatoria, depresión y desesperanza o vergüenza.

Todo ello interacciona con los factores personales que forjan la imagen corporal mediante procesos perceptivos, cognitivos, afectivos y comportamentales.

 

Cuando la percepción, la cognición y la emoción se encuentran pueden provocar rechazo hacia sí mismo y una necesidad de cambio para alcanzarlo mediante conductas que pueden ser adecuadas (estilo de vida saludable, alimentación y ejercicio adecuado) o inadecuadas (dietas restrictivas, ejercicio excesivo, obsesión por el físico y la comida).

Por todo ello se relaciona directamente la imagen corporal con los trastornos de la conducta alimentaria.

Cuando hablamos de trastornos de la conducta alimentaria lo primero que se nos viene a la cabeza es anorexia y bulimia nerviosa.

 

La anorexia nerviosa se caracteriza por una restricción de la ingesta de alimentos, tanto en tipo de alimento como en cantidad, provocado por un miedo a ganar peso y el deseo de bajar de peso debido a una alteración en la forma en la que la persona se ve a sí misma, además, existe una negación del peligro que supone su bajo peso.  La anorexia nerviosa es el trastorno mental con mayor mortalidad.

Estás personas tienen pensamientos obsesivos sobre el peso, la comida y la imagen lo que conlleva mucha ansiedad, baja autoestima e incompetencia.  Algo típico también son las listas de alimentos prohibidos que van aumentando con el tiempo y la ingesta de cantidades cada vez más pequeñas de alimentos y rituales obsesivos durante las comidas.

Dentro de la anorexia nerviosa encontramos dos tipos: tipo restrictivo en las que no existen episodios de atracones o purgas y la pérdida de peso se debe principalmente a la dieta, el ayuno o el ejercicio físico excesivo y de tipo con atracones/purgas en el que la persona sufre episodios de atracones o purgas ya sea a través del vómito, laxantes o diuréticos.

Por otro lado la bulimia nerviosa comparte muchas características con la anorexia nerviosa. Las características principales de este trastorno son la presencia de atracones (ingesta de alimentos en poco tiempo y una sensación de pérdida de control), como consecuencia la persona realiza conductas compensatorias inapropiadas (vómitos, laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos y ejercicio excesivo)

Aparecen sentimientos de culpa, ansiedad y sensación de pérdida de control.  Es común encontrar conductas de riesgo como consecuencia de la impulsividad como las autolesiones y consumo de sustancias.

A nivel médico existen graves consecuencias como alteraciones cardiovasculares y de termorregulación, lesiones en el trasto gastrointestinal o alteraciones hidroeléctricas

Por último, el trastorno por atracones, en este caso la persona presenta episodios de atracones como en la bulimia, pero con ciertas particularidades como una ingesta más rápida de lo normal, sensación desagradable pero satisfecho a la vez, ingestas sin hambre, comer a solas y culpa por los atracones.  A diferencia de la bulimia nerviosa el trastorno por atracones no existen estrategias compensatorias inadecuadas.

Estas personas muestran un peso normal o sobrepeso, tratan de bajar de peso pero no pueden a causa de los atracones.

En resumen, muchas personas en mayor o menor medida tienen conflicto entre la imagen corporal que tienen con la ideal que se nos bombardea desde las redes sociales, televisión, cine, revistas… debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y nuestros puntos fuertes. Además, es importante tomar conciencia sobre los trastornos de la conducta alimentaria para poder abordarlos de forma precoz para evitar consecuencias graves irreversibles.

Cristina Garcia Heras, noviembre 2019

 

Referencias:

  • Calado Otero, María (2011). Liberarse de las apariencias. Género e imagen corporal. Psicología Pirámide.
  • Ezpeleta, Lourdes; Toro Trallero, Josep (2014). Psicopatología del desarrollo. Pirámide.
  • Franco Paredes, Karina; Mancilla Díaz, Juan Manuel; Vázquez Arévalo, Rosalía; Álvarez Rayón, Georgina Leticia y López Aguilar, Xochitl (2011). El 30 papel del perfeccionismo en la insatisfacción corporal, la influencia sociocultural del modelo de delgadez y los síntomas de trastorno del comportamiento alimentario. Universitas Psychologica [edición electrónica] , Vol. 10 (3) SepDic, 829-840.

 

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