Consecuencias de los Riesgos Laborales Psicosociales

Consecuencias de los riesgos laborales psicosociales

En post anteriores se ha tratado acerca de qué es la salud laboral, qué son los factores de riesgo psicosociales y su importancia en el contexto actual debido a la COVID-19 y el auge del trabajo.
En este post vamos a abordar cuáles son las consecuencias de los riesgos psicosociales en las personas.

La exposición a los riesgos psicosociales tiene unos efectos difícilmente observables a corto plazo, pero que de hecho se dan no solo a este nivel, sino que empiezan a ser especialmente visibles tanto a medio como a largo plazo, incidiendo de forma negativa en la salud y el bienestar del trabajador. Salud y bienestar no solo en clave biológica o física, efectivamente existe afectación significativa, además, en lo psicológico, social y laboral. La gravedad de estas consecuencias dependerá de factores como el tipo de riesgo al que se expone la persona, su intensidad, duración o la propia experiencia subjetiva.
Sea pues, existen un gran abanico de consecuencias de los riesgos psicosociales, a delimitar y tener en cuenta. Los problemas relacionados con estos riesgos se pueden clasificar en función de si se trata de salud física, salud mental, consumo de sustancias y trastornos psicosomáticos (Moreno y Báez, 2010). En este post vamos a centrar la atención en los riesgos que en entradas anteriores se han relacionado con la situación que nos ocupa actualmente:

Estrés

El estrés se trata de un mecanismo de supervivencia, pero cuando este se mantiene en el tiempo supone una sobrecarga del organismo manifestada en una serie de problemas asociados tales como: músculo-esqueléticos, cardiovasculares (hipertensión, infartos), desarrollo de enfermedades neoplásicas o trastornos psicosomáticos.

Estudios asocian también el estrés con la actividad inmunológica y la predisposición a padecer enfermedades como el Alzheimer, así como con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. A nivel psicológico, las consecuencias de un estrés prolongado son: trastornos del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo y otros relacionados con las obsesiones.

El estrés también se encuentra relacionado con trastornos del sueño como insomnio, trastornos alimentarios y sexuales.

Burnout

El agotamiento emocional burnout o desgaste profesional trae consigo consecuencias como el estrés, la ansiedad y la depresión. La persona puede sentirse más irritada, con menos tolerancia a la frustración, agotamiento, sensación de fracaso, impotencia, dificultad de concentración o baja autoestima, lo que puede derivar en el deterioro de las relaciones familiares y sociales y problemas en el entorno laboral como disminución del rendimiento, absentismo y episodios violentos. La desmotivación y el absentismo tiene también relación con el burnout.

A nivel físico las consecuencias pueden ser: cansancio, pérdida de apetito, malestar, dolores musculares y de espalda, alteraciones inmunológicas, enfermedades cardiacas, respiratorias y digestivas, diabetes y trastornos menstruales.

Además, un estado de estrés crónico en el trabajo está relacionado con el abuso de sustancias como alcohol u otras drogas, trastornos del sueño, aislamiento, dificultad en la toma de decisiones.

Importante: El burnout se asocia sobre todo a profesiones que tienen una exposición constante a terceros, como pueden ser los profesores, el personal del comercio, la hostelería y los profesionales sanitarios. Este tipo de profesiones coinciden con algunos de los servicios que se han mantenido durante el estado de alarma y confinamiento, lo que ha hecho que a su vez, obtengan mayor exposición durante la pandemia.

Violencia

Los efectos de la violencia pueden ser tanto físicos (desde lesiones leves hasta la muerte) y psicológicos (malestar, estrés y tensión). Una de las consecuencias de sufrir violencia en el trabajo es la posibilidad de desarrollar un trastorno de estrés agudo o un trastorno de estrés postraumático.

En cuanto al acoso laboral, los estudios existentes muestran que es común la pérdida de apetito, fatiga, dolor muscular y de espalda y en cuanto a la salud mental, supone problemas de autoestima, irritabilidad o apatía (Moreno y Báez, 2010)

Inseguridad contractual

La inseguridad contractual, muy presente en la situación actual debido a la incertidumbre sobre el futuro tanto laboral como económico. Las consecuencias de esta preocupación generalizada se encuentran asociadas a una mayor mortalidad, morbilidad y una baja calidad de vida, además de dolor muscular, de cabeza y de espalda.
Muchas veces nos podemos encontrar pensando qué va a ocurrir si hay un nuevo confinamiento, con la situación de ERTE prolongada, reestructuraciones laborales, posibles despidos, o qué pasa si no se encuentra un nuevo empleo. Todos estos pensamientos generan una constante sensación de inseguridad y miedo a lo desconocido, dando lugar a un estado de ansiedad que puede prolongarse en el tiempo. Existen datos actuales que muestran un claro aumento de los casos de ansiedad y depresión como consecuencia de los efectos de la COVID-19.

Conciliación laboral-familiar

Además de estos riesgos me gustaría añadir otros que de igual manera se encuentran presentes durante la pandemia y muchos lectores pueden sentirse identificados:
La conciliación laboral-familiar es una de las mayores preocupaciones para muchas personas durante el confinamiento y que sigue presente. ¿Cómo puedo compaginar el teletrabajo con el cuidado de los hijos? Y si mi hijo está en una clase con un niño que ha dado positivo, ¿Qué hago?, ¿Quién se pide la baja por cuidado de un menor? O ¿puedo pedirme una reducción de la jornada? Esta preocupación por mantener cierto equilibrio entre ambos contextos supone un conflicto de intereses desembocando en sentimientos de culpa, estrés y ansiedad.

Cuando el trabajador se encuentra en esta situación se siente insatisfecho con ambos contextos, deteriorando la calidad de ambos. En el ámbito laboral aparece el absentismo y se muestra poco interés en el trabajo, y en el ámbito familiar se presentan conflictos, irritabilidad y hostilidad.

En 2015, la Encuesta nacional de condiciones de trabajo, 6ª EWCS, reflejó que un 37% de los trabajadores en España consideran que el trabajo afecta negativamente a su salud. Este dato muestra la necesidad de plantear unas buenas medidas de prevención para garantizar la calidad laboral de las personas, así como proteger su salud y bienestar.

Desde aquí, dando fin a este artículo, se concluye que toda consecuencia de riesgo laboral psicosocial tiene una medición en su contexto. Si sufre alguna de ellas, está en su derecho de reclamar una evaluación de riesgo en su empresa. Cada trabajador percibe sus consecuencias a efectos de vida laboral, de manera distinta, también la manera en que le afectan resultará diversa, y será tan necesario como imprescindible, identificar pormenorizadamente para intervenir en clave de su salud laboral.

Espero que haya encontrado de utilidad el post y pueda tener un mayor conocimiento de lo que puede conllevar una exposición prolongada a los riesgos psicosociales en el trabajo con el fin de poder adoptar las medidas preventivas oportunas.

En cualquier caso, ante la aparición de cualquier malestar que afecte a su vida, ya sea laboral, familiar o social, puede consultar con un profesional con el fin de abordar la situación de una forma precoz y dar soluciones a los problemas que hayan surgido o puedan aparecer en adelante, para evitar consecuencias más graves e irreversibles.

Cristina García Heras, equipo de Investigación Psicosocial, Fundación Psicología Sin Fronteras.

 

BIBLIOGRAFÍA