Cómo muchos grupos de abuso psicológico responsabilizan del sufrimiento
No es culpa tuya todo lo que te ocurre.
El fenómeno de los grupos que ejercen manipulación coercitiva plantea un gran desafío para la libertad de pensamiento en sus miembros. Hemos observado cómo aquellos que caen bajo la influencia de dichos grupos que prometen alcanzar un crecimiento personal o “espiritual” usan un control basado en el sentimiento de culpa, que se entrelaza con la híperesponsabilidad, generando un ciclo de manipulación emocional difícil de romper.
Normalmente estos grupos ofrecen una alternativa o “verdad” exclusiva a aquella situación de vulnerabilidad que puede estar atravesando una persona, haciendo hincapié en el compromiso y disciplina que hay que cumplir con el grupo o líder. Para conseguir aquello que se proponen suelen poner el foco en un discurso que envía un mensaje basado en la premisa “si quieres puedes, todo depende de ti”. De esta forma, los problemas presentes son resultado de las acciones realizadas sin indagar en más factores condicionantes.
Hacen responsables a las personas de sus propias circunstancias o sentimientos, se les culpa de aspectos como enfermedades crónicas o no y dolores de cualquier índole, agresiones sexuales, rupturas, problemas psicológicos, crisis económicas, etc.
A su vez, a través de dinámicas relacionales entre los participantes, el sentimiento de culpa aumenta cuando el seguidor se distancia de cumplir las expectativas del grupo o líder: no participar en un evento, no seguir las normas o rituales establecidos, hacer una crítica, relacionarse con otras personas externas al grupo, etc.
Muchas de estas personas luchan en silencio, convencidas de que su sufrimiento es un reflejo de su propia insuficiencia, cuando en realidad es una manifestación de la manipulación psicológica a la que están sometidas. Esto genera un efecto de confusión en la persona que lleva a sentimientos de culpabilidad y cuestionamiento a sí misma sobre si hasta ahora ha hecho las cosas bien. Piensa que ha dado con la clave, con aquellas personas que pueden enseñarle a dar un giro a su vida y poder hacer que vaya bien y goce de la salud y de las relaciones que desea.
Este proceso crea un entorno donde la culpa se convierte en un mecanismo de cohesión y conformidad, donde cada individuo siente que debe sacrificarse por el bien del grupo, unidos por un mismo propósito con herramientas que el resto de personas externas al grupo ignoran o rechazan.
Desde Psicología sin Fronteras, nuestra intención es transmitir que hoy en día se han determinado muchas causas de nuestro malestar con una evidencia científica clara, y las que no se hayan detectado, no significa que el que lo está experimentando se lo haya provocado a sí mismo. Las causas de nuestros males pueden estar en la biología o herencia biológica, el aprendizaje e incluso el tan desconocido azar que también forma parte de nuestras vidas. Por lo que vivimos en un contexto en el que intentamos tomar las mejores decisiones posibles con las herramientas que tenemos o conocemos.
Artículo elaborado por Carolina Delgado, psicóloga del área de Sectas y Pseudociencias en Fundación Psicología Sin Fronteras y Rebeca Pozuelo, psicóloga y coordinadora del área de Sectas y Pseudociencias en Fundación Psicología Sin Fronteras.