83 visitasPsicología a tu alcance
0 comentarios

Hola,

Tengo 30 años, estoy terminando la carrera de arquitectura y trabajo en prácticas. Desde hace tiempo arrastro un estado mental precario, pero en los últimos meses he notado un deterioro significativo.

Siempre tuve la esperanza de que al entrar en el mundo laboral mi situación cambiaría, que encontraría un ritmo diferente, algo que me diera satisfacción y motivación. Sin embargo, no ha sido así. La carrera nunca me gustó demasiado, pero me aferraba a la idea de que el trabajo real sería distinto. Ahora que lo experimento, veo que no solo no ha mejorado mi estado, sino que se ha vuelto más difícil de sobrellevar.

A pesar de que mi trabajo no es malo en sí mismo, el estrés ha aumentado sin una razón clara. Me cuesta concentrarme, duermo mal y siento que cada día es más tedioso que el anterior. Incluso en las cosas que solía disfrutar, no encuentro placer. Mi vida se ha convertido en una serie de obligaciones sin motivación:

  • Hago ejercicio porque sé que me sentará bien, pero no lo disfruto.
  • Trabajo porque es lo que toca, pero no me llena.
  • Me esfuerzo por acabar mi proyecto final de carrera, aunque cada día pesa más.
  • Salgo con amistades porque socializar es importante, pero no me apetece.

Todo lo que hago deja un regusto de insatisfacción, como si no estuviera en el camino correcto. Me siento atrapado en un círculo vicioso del que no sé cómo salir.

Últimamente, he caído en dinámicas que me generan aún más estrés. Me relaciono con mujeres buscando emociones efímeras, pero lejos de hacerme sentir mejor, solo aumenta mi ansiedad, especialmente por la situación con mi pareja. Esto me está generando una carga emocional añadida, porque en el fondo sé que no es la manera correcta de lidiar con mi malestar y, además, me hace sentir culpable.

A esto se suma el hecho de que mi pareja acaba de independizarse, y con ello ha surgido una presión sobre la idea de formar una familia. Siento que se espera de mí que dé el siguiente paso, pero yo no me siento preparado, ni mental ni económicamente, para asumir esa responsabilidad. No sé si es algo que realmente quiero o si simplemente me veo arrastrado por la inercia de la situación. Esta incertidumbre solo añade más peso a todo lo que ya estoy arrastrando.

En medio de todo esto, he estado recurriendo al alcohol como vía de escape. De momento lo tengo bajo control, pero me preocupa que siga dependiendo de él para sobrellevar el día a día. Me da miedo llegar a un punto en el que deje de ser algo que controlo y se convierta en una necesidad.

Lo que más me inquieta es que me falta la energía para cambiar mi vida. Quiero hacer algo al respecto, pero no sé por dónde empezar. Me siento como si estuviera dormido todos los días, incapaz de encontrar el impulso necesario para tomar decisiones que me saquen de este estancamiento.

Aprecio cualquier orientación sobre cómo gestionar esta situación y recuperar un sentido de dirección.

Gracias de antemano.

SeES Unselected an answer marzo 19, 2025
Hola:
Esperamos que esta respuesta te pueda servir de orientación y a que puedas hacerte preguntas que te puedan abrir camino.
En primer lugar, destacar que los estados de ánimo desagradables (como el estado de ánimo decaído y el estrés) no se pueden eliminar como si de un virus se tratase, y que muchas veces nuestros intentos por eliminarlos a corto plazo (como las situaciones que comentas con el alcohol y demás) a la larga acarrean mayor problemática. En la mayoría de las ocasiones lo que necesitamos es tomar acciones que nos acerquen poco a poco a aquella vida que nos gustaría tener, con los recursos de los que disponemos en la actualidad. Voy a ir poniendo ejemplos de cómo puedes proceder en cada una de las áreas vitales en las que sientes insatisfacción:
  • Trabajo y estudios. Parece que la carrera no te gusta demasiado y que el mundo laboral no es lo que pensabas. ¿Estos estudios los elegiste por iniciativa propia, por presión social, por influencia familiar? En caso de que no fuera una elección totalmente libre o vocacional, es normal que te sientas así. En todo caso, me gustaría que pudieras hacer una tabla con dos columnas, poniendo en una de ellas aquellas cosas que ya no se pueden cambiar y aquellas que sí. Por ejemplo: no se puede cambiar la carrera estudiada, sí se puede cambiar aquel sector/puesto laboral al que te gustaría dedicarte/probar. De la columna de cosas que puedes cambiar, intenta imaginar aquellas metas a las que te gustaría aspirar y, para cada meta, escribe acciones que te acerquen a cada una de las metas. Es recomendable comenzar por aquellas metas más fáciles de alcanzar, e ir proponiendo acciones que vayan de menor a mayor dificultad. Y recuerda que no se trata tanto de cuánto tardes en alcanzarlas, sino de plantearte si aquellas acciones propuestas te acercan a aquello que quieres.
  • Ocio. Haces deporte porque sabes que es bueno pero no lo disfrutas. ¿Anteriormente disfrutabas de ese deporte? ¿Hay otros deportes que no hayas probado y te suscitan curiosidad? ¿Hay actividades que te han proporcionado bienestar anterior y actualmente no las haces? Vamos a hacer una pequeña lista de actividades gratificantes que puedas implementar en tu día a día, experimentar cómo te van sentando, e ir aumentando dificultad progresivamente. Pueden ser pequeñas cosas como introducir alimentos que te gusten, probar alguna actividad diferente o incluir algún factor de novedad en el deporte que realizas (por ejemplo, hacerlo en un lugar diferente, cambiar algún movimiento, buscar referentes, añadir dificultad…).
  • Relaciones sociales. ¿Las relaciones sociales fueron satisfactorias en el pasado y han dejado de serlo? ¿Hay elementos de la interacción verbal y del tipo de actividades que realizáis que contribuyan a mantener ese estado de insatisfacción? De nuevo, vamos a poner sobre el papel una serie de características que, para ti, deba reunir una amistad de calidad, y pregúntate si actualmente tus vínculos las cumplen. Piensa si estás en el ambiente en que te gustaría estar, o si ampliando el tipo de ambientes en los que te relacionas podrías encontrar otro tipo de afinidades.
  • Pareja. Sientes presión por formar una familia. ¿De dónde viene esa presión: de la familia, de tu propia pareja, ¿de la sociedad…? En ocasiones transmitir esta inquietud a nuestra pareja puede ser esclarecedor y detener esa tendencia a darle vueltas a la cabeza. Por ejemplo: ‘oye, he estado pensando que me siento presionado por seguir este camino, y realmente no sé si es lo que quiero o si estoy preparado, ¿cómo es esto para ti?’
Espero que mi respuesta te haya ayudado, no obstante, la Fundación Psicología sin Fronteras dispone de un programa para que cualquier persona, independientemente de su situación socioeconómica, pueda acceder a terapia psicológica.
Respondido por: EQUIPO DE PSICOLOGÍA A TU ALCANCE.
SeES Unselected an answer marzo 19, 2025
Estas viendo 1 de 1 respuestas. Ver todas las respuestas.